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LIED
La mañana está de fiesta
porque me has besado tú
y al contacto de tu boca
todo el cielo se hace azul.
El arroyo está cantando
porque me has mirado tú
y en el sol de tu mirada
toda el agua se hace azul.
El pinar está de luto
porque me has dejado tú
y la noche está llorando
noche pálida y azul.
Noche azul de fin de otoño
y de adiós de juventud,
noche en que murió la luna,
¡noche en que te fuiste tú...!
Jaime Torres Bodet
A MI CORAZÓN
¡Corazón! ¡Corazón! ¿Por qué suspiras?
¿Por qué los muros de tu cárcel bates?
es imposible, corazón... deliras!
¡Infeliz corazón, en vano lates!
Siempre contuve tu ímpetu violento
desde que pude conocer el mundo;
siempre fui sordo a tu amoroso acento
sin tener compasión de tu ¡ay! profundo.
¿Sabes por qué? Tras vanas ilusiones
(ilusiones no más, bien lo sabía)
quisiste ir como otros corazones
a buscar, necio.. ¿qué? lo que no había:
a buscar el amor... amor no se halla;
a buscar la virtud... la virtud, menos
por eso yo te opuse firme valla,
Y no tuviste días de horro llenos.
Julio Zaldumbide, ecuatoriano
A UN RETRATO
¡Sombra inmóvil! Te miro a todas horas,
y nunca a verme tu semblante giras.
Cuando suspiro yo, tú no suspiras;
cuando mis penas lloro, tú no lloras!
A veces, con las galas seductoras
de pureza y candor, mi musa inspiras;
mas luego, al contemplar que no me miras,
rompo las cuerdas del laúd sonoras!
Si amor que nada pide, nada espera,
hacer pudiese a tu virtud agravios,
perdón pidiera a tu beldad de hinojos;
y cuando esta ilusión conmigo muera,
¡algún suspiro de tus dulces labios,
o alguna perla de tus bellos ojos!
Carlos Augusto Salaverry, peruano
SE VA CON ALGO MÍO
Se va con algo mío la tarde que se aleja;
mi dolor de vivir es un dolor de amar;
y al son de la garúa, en la antigua calleja,
me invade un infinito deseo de llorar.
Que son cosas de niño, me dices; quién me diera
tener una perenne inconsciencia infantil;
ser del reino del día y de la pirmavera,
del ruiseñor que canta y del alba de abril.
Ah ser pueril, ser puro, ser canoro, ser suave;
trino, perfume o canto, crepúsculo o aurora!
Como la flor que aroma la vida y no lo sabe,
como el astro que alumbra las noches y lo ignora.
Medardo Angel Silva, ecuatoriano
LA NOVIA IMPOSIBLE
Después de haber soñado largo tiempo con ella,
una mañana clara desperté de ese sueño...
y la vi ya imposible, convertida en estrella
lejana, muy lejana para mi clavileño.
Dolido y en silencio dejé correr mi llanto;
mas, como de mis lágrimas hiciérase una fuente,
la fuente cada noche copiar supo el encanto
de la estrella, y mis lágrimas corrían dulcemente.
¡Ay, cómo te suspiro y van a ti mis quejas,
estrella que en mi fuente de llanto te reflejas...!
¡oh, mi único cariño, mi estrella de cariño!
Cuando en la noche, a veces, se vuelve a abrir la herida
y siento que se empapa de lágrimas mi vida,
palpita, nuevamente, mi corazón de niño...
Alfonso Moreno Mora
EMOCIÓN VESPERAL
Hay tardes en las que uno desearía
embarcarse y salir sin rumbo cierto,
y, silenciosamente, de algún puerto,
irse alejando mientras muere el día.
Emprender una larga travesía
y perderse después en un desierto
y misterioso mar, no descubierto
por ningún navegante todavía.
Aunque uno sepa que hasta los remotos
confines de los piélagos ignotos
le seguirá el cortejo de sus penas,
Y que al desvanecerse el espejismo,
desde las glaucas ondas del abismo
le tentarán las últimas sirenas.
Ernesto Noboa Caamaño, ecuatoriano
EL ALMA EN LOS LABIOS
Cuando de nuestro amor la llama apasionada
dentro tu pecho amante contemples extinguida,
ya que solo por tí la vida me es amada,
el día en que me faltes, me arrancaré la vida.
Porque mi pensamiento, lleno de este cariño
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo,
lejos de tus pupilas es triste como un niño
que se duerme soñando en tu acento de arrullo.
Para envolverte en besos quisiera ser el viento
y quisiera ser todo lo que tu mano toca:
ser tu sonrisa coma, ser hasta tu mismo aliento,
para poder estar más cerca de tu boca.
Vivo de tu palabra y eternamente espero
llamarte mía como quien espera un tesoro.
Lejos de tí comprendo lo mucho que te quiero
y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.
Perdona que no tenga palabras con que pueda
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda,
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda
dejar mi palpitante corazón que te adora!
Medardo Angel Silva, ecuatoriano
LO FATAL
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo
y más la piedra dura, porque ésta ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
Lo que no conocemos y apenas sospechamos
y la carne que tienta con sus frescos racimos
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos
¡y no saber adónde vamos
ni de dónde venimos...!
Rubén Darío
YO NO SÉ QUIÉN ERES...
Yo no sé quién eres
ni como te llamas;
no sé si eres buena,
humana y piadosa,
o eres como todas,
como tantas otras,
insensible y falsa.
Te conozco apenas,
a través del velo
de mis fantasías
y mis esperanzas.
Ignoro tu vida,
tus glorias pasadas,
y las ilusiones
que para el mañana
hilvana tu mente.
Y hasta tu mirada
me es desconocida,
porque no he tenido
la suerte de verte
de cerca a la cara.
Sé que puedo amarte,
porque me haces falta
y estar a tu lado
cuando tú lo quieras,
y para tu historia
¡ser todo o ser nada!
no obstante que ignoro
quién eres,
cómo eres...
y cómo te llamas.
Martín Galas Jr.
MADRIGAL
Ojos claros, serenos, si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos, más bellos parecéis
a aquel que os mira, no me miréis con ira,
porque no parecéis menos hermosos.
Gutierre de Cetina
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